lunes, 14 de septiembre de 2009

PORNOCRACIA ( parte 1 )

Se conoce como Pornocracia a una etapa de la historia de la Iglesia católica caracterizada por la influencia que sobre el papado ejercido dos mujeres: Teodora, esposa del senador romano Teofilacto, y la hija de ambos Marozia. Dicho en otras palabras, es: Gobierno de las Prostitutas, o Soberanía de las Rameras.

Esta historia es sumamente interesante, y yo creía que lo peor lo habian hecho los Borgia, pero nooooo, esa es otro tema. Asi que hablando de Pornocracia, he aqui los hechos iniciales, que quiero compartir en mas de un post para que no resulte aletargante.





A veinticinco kilómetros de Roma, en la cima de los montes Albanos, tenían su morada en el siglo X los célebres conti, los condes Alberico de Tusculum. Estos señores de la guerra fiscalizaron totalmente las elecciones papales. Siete papas fueron miembros de esta familia; tres lo fueron por herencia, y casi sin excepción ayudaron a fraguar la Roma Deplorabilis, "Una Roma de la deshonra".

La historia explota el mito popularizado de los Borgia como la única manzana podrida del papado. Poco después de Carlomagno, a lo largo de más de un siglo y medio la hornada completa se había echado a perder. Eran menos discípulos de Cristo que de Belial, príncipe de las tinieblas. Gran número de ellos fueron libertinos, homicidas, adúlteros, belicistas, tiranos, simoníacos dispuestos a vender todo los sacrosanto. Casi todos ellos estaban más prendados del dinero y de las intrigas que de la religión.

Debido a la incesantes maniobras políticas y la obsesión por los negocios temporales, debido al abuso de poder y a una inaudita malignidad, los papas, a quienes se suponían eran el factor de unidad, corrompieron toda la cristiandad. No fue la herejía sino el papado el que finalmente quebrantó a la Iglesia.

Hay un misterio en todo ello: cómo, a despecho de los papas, la Iglesia de Occidente pudo mantenerse incólume durante tanto tiempo.

Para empezar, es muy esclarecedor consultar alguna de las nóminas papales desde el año 880 aproximadamente. Durante el siglo y medio siguiente se contabilizan treinta y cinco pontífices, cuyos pontificados duraron un promedio de cuatro años cada uno. En la primera época, el ritmo de los cambios fue muy parecido; ello se explicaría por el hecho de que los papas solían ser elegidos cuando ya eran ancianos y de salud delicada. Pero durante los siglos IX y X, muchos papas eran apenas veinteañeros, bastantes eran adolescentes. Algunos duraron veinte días, un mes o tres meses. Seis de ellos fueron depuestos, no pocos fueron asesinados.


En verdad es imposible saber con exactitud cuántos papas y antipapas (impostores) se erigieron en la silla de San Pedro durante este período, ya que todavía no existía un procedimiento establecido para la elección ni se había determinado quiénes podían ser los candidatos.

Cuando un Papa desaparecía en forma repentina, ¿Había sido degollado y arrojado al Tiber?. ¿Lo habían recluido en una mazmorra? ¿Se hallaba durmiendo la borrachera en un burdel? ¿Le habían cercenado la orejas y la nariz como a Esteban VIII en 930, quien, comprensiblemente, jamás volvió a mostrar su rostro en público? ¿O bien había escapado como Benedicto V en 964 que, luego de "deshonrar" a una muchacha, salió huyendo de inmediato a Constantinopla con todo el tesoro de San Pedro, para reaparecer una vez que hubo agotado los fondos y causado estragos complementarios en Roma?

El historiador de la Iglesia Gerberto llamó a Benedicto "el más inicuo de todos los monstruos del descreimiento", pero su juicio resultó prematuro. Con el tiempo, este pontífice fue muerto por un marido celoso. Su cadáver, traspasado por cien puñaladas, fue arrastrado por las calles antes de ser arrojado a un sumidero.

Sin lugar a dudas, estos pontífices constituyen el más infame conjunto de dirigentes -clericales o laicos- que en la historia han existido. Fueron descarnadamente bárbaros. La antigua Roma no tuvo nada que rivalizar con su putridez.

Uno de los Papas, Esteban VII, fue presa de una total demencia. Desenterró a uno de sus predecesores, el corso Formoso (891-896), que había muerto hacía más de nueve meses. En lo que se llamó el Sínodo Cadavérico, vistió al hediento cadáver con galas pontificales, lo sentó en el trono lateranense y procedió a interrogarle personalmente. Formoso fue inculpado de ascender al solio pontificio recurriendo a medios espurios; siendo como era obispo de otro lugar, no podía ser elegido por Roma. Según el Papa Esteban, aquella circunstancia invalidaba todos sus actos, en especial sus ordenaciones.




En nombre de Formoso, replicaba un gárrulo diácono adolescente. Una vez hallado culpable, el cadáver fue condenado como antipapa, despojado de todo lo que llevaba puesto, a excepción del cilicio adherido a sus ajados despojos y, menos los dos dedos con los cuales había impartido sus indebidas bendiciones apostólicas, arrojado al Tiber. El cuerpo, sujeto por el cilicio como una res muerta, fue rescatado por un grupo de admiradores de Formoso, que le dieron secreta sepultura. Tiempo después, fue reinstalado en su sepulcro de San Pedro. En cuanto a Esteban, no tardó en morir, estrangulado.

Los Papas mutilaban y, a su vez, eran mutilados, mataban y eran muertos. Sus existencias no guardaban ninguna relación con los evangelios. Unos debieron su elevación a su ambiciosa parentela, algunos a la influencia de hermosas amantes de alcurnia en lo que acabaría por conocerse como "la soberanía de las rameras".

Un lugar prominente entre las cortesanas lo ocupó Marozia, de la familia de los Teofilato. Según un contemporáneo de ella, el obispo Liutprando de Cremona, Marozia fue bien adiestrada por su madre Teodora, quien tenía otra hija llamada también Teodora, nacida de su relación con el Papa Juan X (914-929). Quienquiera que haya dicho que las mujeres nunca influyeron en las directrices de la Iglesia es porque nunca tropezó con estas dos increíbles y decididas señoras. En menos de un decenio, crearon -y cuando les plació, destruyeron- no menos de ocho Papas.


Luego viene lo mas interesante: Marozia!!

3 comentarios:

  1. recuerdo que en mi prepa hice un ensayo sobre este tema, fui sancionado con bajas calificaciones por ofender a la religion, pero ese era el chiste, queria hacer encabronar al santurron de mi profe.

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  2. Woooooooooooooorales!!

    Ya me culturicé más!!

    Muy chido el post, sólo que esa imagen de 'pasto en proceso de quemarse por el sol' como que no es muy estético!!!

    jajajajaja.

    Saludos!!

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  3. iL Hell Dogma: Y a poco existía la libre expresión?, claro que no, porque crees que hasta ahora digo todo lo que pienso?..cuanto tiempo me ha llevado ocultar mis "ideas" o mis dudas, para no alterar la calma ficticia de un ambiente moralino y mojigato?
    Bien por el internet! =)

    Morbosote!...mira, la idea es precisamente apegarse a la realidad de aquellos tiempos, la imagen no es actual, ahora nadie (que yo sepa) trae esa maleza encima! jajaja pero pues tampoco iba a poner una fotografia con un depilado brasileño verdad?
    No es que sea antiestetico, era como estaban las viejas aquellas que cubrian bajo sus enaguas a los papas y todo el clero.

    ok..ok..si una persona mas me dice que es antiestetico la quito y pongo una mia :P

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