martes, 26 de enero de 2010

Las Maldiciones y el Poder de la Mente.

Hay algunas personas, como Wolf Messing, un judio polaco con dotes mentales extraordinarias, con un vasto y largo curriculum de experiencias donde el poder de su mente ha puesto de manifiesto la fuerza que guarda el ser humano agazapada entre sus hemisferios cerebrales. Capacidades como estas, aunque no son patrimonio de todos, si que indican a las claras que la mente es la constructora de la realidad que cada uno percibimos del mundo; la imagen positiva o negativa que tenemos de él, con todos sus matices.

Dentro de todo cuanto irradiamos en el interior de cada uno de nosotros, en nuestra parte espiritual y física, se encuentra ese poder o fuerza oculta que emana de nuestro ser, consciente o inconscientemente, dominado por la naturaleza de nuestros deseos positivos o negativos. Esta cualidad mental todos poseemos en mayor o en menor grado y desarrollo, una capacidad o destreza completamente neutra e imparcial que empleamos y utilizamos a diario, según sea nuestra evolución, capricho o según sea la influencia o predominio que recibamos del entorno ambiental, cultural, social y religioso en el que vivimos.

En el vasto campo de las influencias mentales y sus repercusiones en el terreno de lo físico, nos encontramos con un arma eficaz para muchas culturas y civilizaciones, y sobre todo para aquellos que teniendo un poder extraordinario, fuera de lo común, han desarrollado una fuerza interna con propósitos degradantes y con la intención de perjudicar y dañar a otras personas. Me estoy refiriendo a las maldiciones.


A menudo escuchamos sorprendentes casos que forman parte del folklorismo y la idiosincrasia de los pueblos mas primitivos; sin embargo, son muchos los que se preguntan; que hay de cierto en todo esto?,¿ las maldiciones tienen algún poder sobre el ser humano? ¿es verdad que pueden aniquilar la salud de una persona e incluso producirle la propia muerte?
Lo cierto y verdad es que se ha especulado mucho en torno al poder mental, narrándose infinitas y legendarias historias llenas de ficción y fantasía. Pero bien es cierto que otras están repletas de hechos verídicos y comprobados acerca del poder que, desde el mundo espiritual oscuro y bajo, se ejerce sobre los encarnados.

El conocimiento espiritual, a diferencia del conocimiento general de los humanos, como lo es la ciencia física, conoce y explica muy bien este fenómeno. Por ello descubre y analiza la existencia de varias maneras, muy distintas, por las cuales se manifiesta esta fuerza en forma de maldición y aunque sus repercusiones son casi las mismas, poseen características que las distinguen notablemente unas de otras.

La maldición es una proyección de energía interna que se dirige particularmente hacia algo o alguien en concreto y evidentemente con fines maléficos, para producir un daño leve, agudo, corto, prolongado, agónico o traumático. Tal es así el efecto de estas proyecciones energéticas que pueden llegar a producir una lenta aniquilación orgánica o psicológica que pueden incluso acabar con la vida de la persona; o por el contrario causar una muerte fulminante e inmediata de la víctima, sin dejar rastro fisiológico o patológico en su organismo que advierta cual ha sido la causa del fallecimiento, desconcertando a médicos y forenses.

Existen todo tipo de formas en las que se produce una maldición; desde el simple hecho en el cual un individuo vive una situación violenta con otro y lanza su odio convertido en una maldición, hasta las complejas ceremonias rituales que se emplean con el objeto de multiplicar el efecto de la misma, uniéndose varias mentes y amplificando sus efectos.

Hay que tener muy en cuenta que no representa lo mismo, ni posee el mismo efecto, la mente perturbada de una persona que es presa de una situación difícil o crítica, de la que emana odio o alguna otra malquerencia porque se deja llevar por dicha situación, cuando en un estado normal y tranquilo no se le ocurriría hacerlo, que los efectos de quien poco apoco va cociendo a fuego lento, urdiendo una trama de forma maliciosa con alevosía y premeditación, es decir, con plena consciencia y voluntad de lo que hace.

En el éxito de estas prácticas no solo entra en juego la propia fuerza interna que la perdona desprende hacia otros, sino que depende, además, de la eficiente cooperación de los espíritus desencarnados del bajo Astral, que obedecen a la persona que la promueve como sucede con los llamados terrenos de la Umbanda en el Brasil, el vudú en el Caribe o la brujería europea.

La maldición es una acción perversa y depravada cuyo producto generado , buen sea consciente o inconscientemente por parte del ser humano, tiene la finalidad última de producir daño.

Nuestra mente ha de estar siempre controlada, en equilibrio y armonía para evitar hacer daño a los demás e incluso a nosotros mismos. Siempre que nuestros pensamientos y sentimientos sean positivos y de bien ningún mal puede salir de nosotros.

9 comentarios:

  1. Primera que vez que traigo mi mula por esto parajes y ya me sentí regañado ...éso de andar pidiendo respeto en el comentario se me hace excesivo, casi tan excesivo como mi impertinente cuestionamiento...pero qué cojones, un "hurra" a lo excesivo.

    Ahora bien, para empezar: ¿En serio crees en maldiciones? Digo, jamás he orinado a una gitana ni profanado una tumba egipcia, pero me cuesta creer que lo de las maldiciones tenga piso alguno. Incluso en el rollo psicotrónico que planteas se me hace muy difícil trasegar el mensaje. Por ejemplo, cuando voy al hipódromo, maldigo al hijoputa jokie que cabalga el caballo puntero (que por lo general no es el mío), y lo hago con todas las fuerzas de mi inexistente alma...Y no sé, el bastardo siempre sale ileso de mis malos deseos.

    Ahora bien, si existe una forma apropiada de maldecir, digo, para que dé resultado, postea éso, que tengo demasiados acreedores a los que quisiera que se les callera la cabeza mientras se pienan. Saludos.

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  2. Mañana quizá tenga el día supersticioso y me lie a tocar madera, pero hoy lo tengo escéptico.
    Yo creo que el exito de quien maldice se debe a su fortaleza psíquica, en detrimento de la del maldecido, quien se autosugestiona creyendo que las palabras que le han lanzado realmente van a tener un efecto nocivo en él.

    Saludos desde La Gruta P-)

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  3. Franck Nicotine:
    Agradecida por tu visita, pero porqué regañado? no más porque pido respeto al opinar? mira, es que me he topado en algunas ocasiones con cada patán y patana que ufff..!!

    En que parte dije que creo en las maldiciones? En lo que creo es el poder y la fuerza de la mente, y si, si existen las maldiciones. Creas o no, existen.

    Mira, esto que comparto no se trata de las clásicas "maldiciones" de "mentar la madre" como se dice en México, porque a quienes nos cae en la punta del hígado es inminente una mentada creyendo que con eso exorcizamos los demonios..jeje, pero cuando menos nos desahogamos, no? Bueno, el texto no se refiere a ese tipo de maldiciones sino en las que usas otro tipo de fuerzas mas grandes que un coraje pasajero por no haber ganado en el hipódromo.

    Postear la forma adecuada de maldecir? caray...eso si me dá miedo, mejor luego por correo te paso la información, si gustas, al cabo que lo unico que hay que entender son los riesgos a los que se exponen quienes utilizan las maldiciones.

    Tanit:
    Yo me aventé mega rollo de copy paste y todo para que tu lo resumieras en unas cuantas letras =S
    Exactamente! el éxito de la maldición se debe a la fuerza mental de la persona que la lanza, obviamente tiene que ser mas débil.

    Si alguien lanzara una maldición contra quien es fuerte y está protegido las causas revertidas son fatales.

    saludos hasta tu gruta!

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  4. En las matemáticas, en la ciencia y, en general, en toda estructura de conocimiento existen unos mecanismos de validación (demostración).

    Uno de los más sencillos es el contraejemplo, (a través del método deductivo indirecto).

    Un único contraejemplo es suficiente para demostrar la falsedad de lo dicho.

    Ahora, supongamos que toda persona que destaque en cualquier aspecto social, en las artes o político (famoso) es suceptible de recibir una maldición de alguien con "poder mental" suficientemente fuerte como para afectarle entre los millones de seres que lo conocen y que discrepan de su opinión.

    El resultado es que no ocurre.

    Bush, Stalin, Hitler (murió cuando medio mundo se alzó contra él, no por una maldición sionista precisamente), Pol Pot, etc... la mayoría murieron a avanzada edad o siguen vivos alegremente.

    Por tanto, como habréis supuesto, dudo de la efectividad de las maldiciones y del resto de poderes mentales.

    Un saludo.

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  5. Morgan:
    Muy respetable opinión, pero igualmente lo que expones es dificil de comprobar. Como sabremos si alguien maldijo o no a esas personas? alguien con la fuerza y poder suficiente para hacerlo. En muchos casos las maldiciones no caen directamente sobre los susodichos sino pueden significar otro tipo de daños.
    Claro, solo estoy suponiendo...pero sabes...si creo en que hay gente que desarrolla bastante esos poderes mentales ;-)

    Saludos!

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  6. Mathilda dijo:"Como sabremos si alguien maldijo o no a esas personas?"

    No lo podemos saber, sólo tenemos el estudio estadístico y el sentido común.

    Si tenemos una gran muestra que potencialmente puede maldecir con efectividad, si esta tiende a infinito, la probabilidad es, objetivamente, 1, (o 100%, como quieras).

    ¿Qué mago wicca, chamán o el mismísimo Anton LaVey no podría haber hecho por las injusticias de la era moderna siendo conscientes de todas ellas? ¿Son poco piadosos, no crees?

    Saludos.

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  7. Esto tiene toda la pinta de acabar desembocando en un debate acerca de la ética. A riesgo de parecer un poco bruta, me parece que utilizar armas mentales contra quien utiliza armas tan prácticas y reales serviría más bien de poco. No será ético desearle el mal a nadie y menos infligírselo, pero hay casos en que la ética queda por detrás de la justicia humana.

    Por cierto Mathilda, siento haber resumido tu post de forma tan concisa en mi anterior comentario. No era mi intención menospreciar tu trabajo ;)

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  8. Morgan:
    Serán poco piadosos? no me imagino a Anton LaVey de piadoso =O
    Por lo general cada quien sigue sus propios intereses, eso del altruismo no se da mucho, no? que mal...

    Oye...y tu crees en las bendiciones? Yo considero que tienen la misma fuerza, pero positiva.

    Tanit:
    sabes..yo si soy muy bruta =P por eso me agrada aprender algo cada dia y uds. me enseñan mucho!!
    No te preocupes por tu resumen..jajaja! me entretuve según yo investigando ;-)

    Besos!

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  9. Extracto de los nueve estatutos satánicos de A. LaVey:

    4º. ¡Satán representa amabilidad hacia quienes la merecen, en lugar del amor malgastado en los ingratos!

    5º. ¡Satán representa la venganza, en lugar de ofrecer la otra mejilla!

    Resumiendo: Amabilidad para los buenos, venganza para los malos.

    (Antón no es tan malo que como lo pintan ;P)

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